No es del deseo la fuerza la primavera
Qué hay mejor que amar a la vida
Que el trigo ondee, ondule libre con el vendaval, lozano
Más vida han sembrado huracanes que cierzos.
La fuerza es incontestable pues
no es palabra, no es verborrea, no es locución sino
olfato, timbre, carne en movimiento.
donde tumba a la piedra el viento.
Silbido ocupa al silencio
Contener la fuerza que lo empuja
es poner la mano en el fuego;
Más rastrojos que las quemaduras deja el resentimiento.
Toda reacción sin motivo revierte arrepentimiento.
El deseo ya no resiste pero
como acostarse en la hierba fresca:
te acomodas mece
te revuelves corta
te duermes
-
mueres
-
descompone El cascarón parece rígido
Qué extraño mundo donde
una simple pared de huevo
puede separar en un puño a un feto
de aire, gallina, pradera, montañas,
planeta, galaxia, universo.
¡Romper esa dura coraza!
El límite en lo que no contiene.
Continente que no tendrá costas
para que todo el océano pueda abarcar.
Brusco fue/es/será el primer empujón.
¡Se alzan granates y astillas!
Serán los restos atardecer
culminando
en dunas de sal y arena
inflada la superficie y curvada
armónicos de vasta profundidad.
a la deriva en bemol rema
proyecta el río que remontar,
de caudal a estrechar y cuyo
discurso de intestino ofrece
un ecosistema donde trocar.
Reunión arbórea bajo las estrellas
ojos que descansan del reciente eco diurno
o bien del remoto pasado despiertan.
que remolonea colina abajo
jardín primavera de noche estival.
en la otra orilla y al revés
bajo el río.
La soledad... es una utopía.
¡No existe!
Admiración, aspiración, inspirado deseo
No se requiere pensar en la ausencia
¿No te parece una penosa ironía?